Lloré como una niña pequeña que no sabe por qué llora, lloré sin tener un motivo concreto, lloré por lo que tenía, por lo que no, por la arrogancia, por toda la insolencia, lloré, en medio de la ciudad, entre los coches y el asfalto ardiendo, entre el limbo y el infierno, en un lugar llamado Realidad, en el cuál lloré hasta arrepentirme de haber llorado.
me gusta tu blog :)
ResponderEliminarpasate por el mio Nunca Jamás:
http://liveineverland.blogspot.com/ está comenzando
besos sigue publicando !